lunes, 24 de octubre de 2011

Me avergüenzan tus pálidos designios
nos tomas por estúpidos, por delincuentes
y es tu ignorancia la que niega la tormenta de nuestros pechos
las manos alzadas y el corazón abierto en flor, esa flor bañada en las lagrimas que el egoísmo cotidiano nos arrebato
Sangre y locura, fuimos siempre sangre y locura.
Me niego, me niego a creer en este mundo de papel, me niego a ser parte de sus paredes arrugadas, a perderme entre sus mugrosos laberintos inflamables.
Nege y niego el mal, negare lo que siento y sentí incorrecto, seré negación por siempre furiosa negación .
Grito frente a esa hoguera que arde en sueños que moriré por esto.
Moriré por esto.
Que arda el viejo imperio y que de sus cenizas amanezca el hombre nuevo.
y juro que este ideal resplandeciente sera mi tumba.

"Creyéndome apagado cuantos cuerpos arden por ahí."
La esperanza es de los esperanzados.

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