miércoles, 25 de mayo de 2011

Cada vez que te miro recuerdo el odio que siento por ti.
El rostro, el espejo del alma una vez mas me demuestra lo podrida que estas por dentro, pero ínfima y detalladamente ese mismo espejo se refleja en el mio, en mi rostro y noto que soy yo el vació, soy yo el podrido, y tu tan angelical como ilusa, bebes de mis sínicos consentimientos.
Bebe, bebe de mi alma muerta, de este dolor visceral, del resentimiento y el aliento hijo del rencor, porque mi espejo esta roto y ya no me alcanza el tiempo para recojer el tanto polvo y cristal.

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